domingo, 7 de abril de 2013

Iztapalapa

Las lágrimas, el dolor de muerte, la devoción y la tradición, latieron este Viernes Santo en el Corazón de Iztapalapa, durante las 170 representaciones de la Pasión de Cristo.

Pasadas las 16:00 horas Cristo expiró en la cima del cerro de la estrella, hoy convertido en el monte calvario, Judas Izcariote se colgó de un árbol en arrepentimiento por haber vendido al maestro y la Virgen María se desvanecía de dolor al ver a su hijo en la cruz.

Jesús Flores quien este año representó a Cristo, recorrió la vía de la cruz con la corona de espinas y el madero de más de 90 kilos, fue ayudado por el Sirineo, una mujer llamada Verónica le limpió el rostro, dejando su imagen para la perpetuidad, como lo reza la tradición cristiana.










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